El proceso de evaluación consiste en 2 fases:

• Entrevista conjunta con el familiar y el paciente.
• Evaluación neuropsicológica del paciente para valorar las funciones cognitivas del paciente (orientación, atención, memoria, lenguaje, praxias, gnosias, razonamiento y funciones ejecutivas), los síntomas conductuales y psicológicos (síntomas psicóticos, afectivos y trastornos de conducta) y el grado de independencia funcional (de las actividades básicas, instrumentales y avanzadas de la vida diaria).