En caso de establecerse un diagnóstico de deterioro cognitivo o demencia, es importante que el paciente tenga sesiones de estimulación o rehabilitación cognitiva.
Una vez que se conoce el perfil cognitivo del paciente, se diseña un programa de intervención individualizada y personalizada en función de las necesidades del paciente, en sesiones de 90 minutos de duración, donde se trabajan aspectos como la orientación, atención, memoria, lenguaje, praxias, gnosias, razonamiento, funciones ejecutivas, trastornos de conducta y actividades de la vida diaria.